Lawrence Richard Walters a menudo había soñado con volar, pero fue incapaz de convertirse en piloto a causa de su miopía. A mediados de 1982 compró 45 globos meteorológicos y tanques de helio. Unió los globos a su silla de jardín, los llenó con helio y se puso un paracaídas. Tomó su pistola de aire comprimido, una radio, bocadillos, cerveza y una cámara fotográfica. Cuando sus amigos cortaron la cuerda que ataba a su silla se elevó rápidamente hasta una altura de unos 4.600 m. En un primer momento, (...)