La muerte por gas se conoce como "la muerte dulce" y si es provocada por alguien, al homicida se le denomina como “asesino silencioso". La víctima muere dormida sin sufrir dolor y sólo nota que le ha ido entrando el sueño poco a poco (en ocasiones, con ligeras náuseas). Al respirar CO en abundancia, éste desplaza al oxígeno en los pulmones y es absorbido por ellos en lugar del oxígeno. Si la víctima se da cuenta, intentará huir pero no podrá porque se le habrán agarrotado los músculos y no podrá más (...)