Hay herramientas capaces de filtrarse por los poros de la cotidianidad. Herramientas que nos ayudan, en el día a día, a bregar contra lo establecido. Herramientas que nos convierten en arena para los engranajes del poder. Herramientas que nos equipan para una lucha en el ahora. Herramientas que no difieren su uso a un mañana cargado de promesas.
Y si en nuestro quehacer queremos destruir los tanques, del mismo modo queremos construir, sobre las ruinas, una nueva cultura, una cultura de paz. (...)